Según A. Trepat, dentro de la epistemología histórica de principios del siglo XXI, el tiempo histórico puede ser definido como la “simultaneidad de duraciones, movimientos y cambios diversos que se dan en una colectividad humana a lo largo de un periodo determinado”. Mientras para, R. Koselleck, el tiempo histórico es el núcleo epistemológico de la historia. Según este autor está conformado básicamente por dos componentes: cronología (historia estática), y la periodificación (historia dinámica).
Por su parte Neri, nos habla acerca del origen de este: “…el tiempo histórico se construye a partir de los conceptos de sucesión y duración, y después otros conceptos requieren ser enseñados más específicamente: periodización, cronología, cambio y permanencia, simultaneidad, etc.”.
En ese sentido se puede concluir también que el tiempo histórico es una construcción mental que los historiadores desarrollan a partir de sus investigaciones e interpretaciones. Así el tiempo histórico es el tiempo de la historia (subjetivo e interpretativo)
Pero también el tiempo histórico es un metaconcepto que se utiliza de distintas formas, entre otras causas, por las diferentes concepciones historiográficas.…………………………………………………………………………………………………………
Tiempo histórico no es el mismo que el físico, sino que corresponde al tiempo subjetivo. Es el tiempo que nace a partir de la interpretación que hacen los historiadores de los hechos, del pasado de las sociedades. El tiempo histórico es en definitiva aquel que permite conocer y explicar las sociedades a través del tiempo.
Dos grandes líneas interpretativas del pasado humano son el modelo positivista y el modelo estructuralista, estos El tiempo es inseparable de la Historia, pero el tiempo histórico no es el mismo que el físico. Para los historiadores el tiempo es el principio y el fin de sus investigaciones. El tiempo histórico no es unidimensional. El tiempo de los historiadores es el que viven los individuos, el de su organización social y económica. La permanencia de unas determinadas estructuras es lo que determina los períodos históricos y su evolución. Permanencia y movimiento en el tiempo es lo que interesa a los historiadores.
La permanencia y evolución de unas estructuras en un espacio es lo que determina las categorías temporales que delimita el historiador. El tiempo histórico no tiene un valor universal, ni incide de la misma manera en todas las sociedades, ni simultáneamente. Existen períodos de tiempo en los que el número de acontecimientos importantes, o al menos conocidos, es mayor que en otras, y parece que tienen más importancia. Son los períodos de cambio. En general, los hechos más lejanos abarcan más años y se consideran menos importantes que los más cercanos, en el creer popular.
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Para Braudel existen tres categorías históricas: el tiempo corto, medio y largo. El tiempo corto es el que afecta a los acontecimientos, a la medida de los individuos, a la vida cotidiana. Es el tiempo del cronista y del periodista. Esto, independientemente de la transcendencia histórica que tengan. La caída del muro de Berlín, por ejemplo. Es la historia de los acontecimientos, que no suelen tener en cuenta las estructuras económicas y sociales en las que tienen lugar. El tiempo medio es la duración de la coyuntura. Este tiempo está plagado de acontecimientos. Sin embargo, es también un lapso breve caracterizado por el movimiento, y que se desarrolla durante la vida de una persona. Como por ejemplo una crisis económica, la transición española o una guerra. La variedad de duraciones efectivas es mucho mayor. El tiempo largo es el que corresponde a las estructuras, aquellas realidades históricas que permanecen por debajo de los acontecimientos y de las coyunturas y que no se modifican con un sólo acontecimiento. Permanecen durante varias generaciones. En estas condiciones se crean Estados, países, etc., como el franquismo, el comunismo en Rusia, pero también modos de entender la sociedad, la política y las relaciones económicas. Los cambios de una estructura a otra son lentos y afectan a multitud de acontecimientos importantes, por lo que no es fácil determinar con exactitud y definitivamente cuándo comienzan y cuándo acaban. También son de larga duración los modos de producción y las edades históricas. Estas estructuras permanecen por debajo de cambios de Estado y creaciones de países. Son los tiempos del Antiguo Régimen, la Edad Antigua o la época capitalista. El movimiento es muy lento, si bien está determinado por situaciones coyunturales. En realidad instituciones creadas en otras épocas pueden perpetuarse más allá de ellas: como la familia, la Iglesia, el Ejército, etc. Aunque cambian su naturaleza para dar respuesta a los nuevos tiempos. Parece que lo que más lentamente cambia son las estructuras mentales, y las formas de interpretar y comprender el mundo, que incluye desde la religión a la filosofía, pasando por los mitos, la literatura, el arte, etc. Los diferentes enfoques de las estructuras que definen las distintas épocas han tenido como consecuencia la creación de numerosos modelos de periodización histórica.